Actividad principal


El Laboratorio de Arqueobotánica fue creado en el año 1995, a partir de una gestión de Alejandra Korstanje, que empezó a hacer sus investigaciones de postgrado en el mismo y, desde entonces, es su responsable (ad honorem) por parte del Instituto de Arqueología y Museo de la Facultad de Ciencias Naturales e IML-UNT (IAM). A partir del año 2011, con el ingreso del personal técnico, compra de equipamiento, refacciones edilicias y limpieza de equipamiento que fue aportando el CONICET, pasó a ser de doble dependencia con el Instituto Superior de Estudios Sociales (ISES CONICET-UNT). Más allá del trabajo de investigadores, becarios y estudiantes avanzados, corresponde al ISES el trabajo de dos CPAs, Mónica Burgos y Julieta Zapatiel, que además de ofrecer colaboración técnica en general, realizan el trabajo específico para los Servicios Tecnológicos de Alto Nivel (STAN) para terceros.
Las principales líneas de evidencias sobre las que se trabaja son de índole Arqueológica, Paleoetnobotánica y Arqueobotánica: muestras y análisis de microfósiles provenientes de sitios arqueológicos, investigaciones arqueológicas y ambientales con énfasis en la agricultura prehispánica, usos domésticos de las plantas, procesamiento de alimentos, uso de herramientas e instrumentos de molienda, cosecha y cocción a partir de residuos.
El laboratorio cuenta con dos áreas principales de trabajo: procesamiento y microscopía:
En el área de procesamiento, a cargo de Zapatiel, se recuperan, a través de protocolos establecidos, tanto microfósiles procedentes de muestras de sedimentos, como sustancias adheridas en artefactos líticos, cerámicas, tártaro dental, y colecciones de referencias, y servicio de herborización y macrorestos vegetales (estos últimos, mediante flotación).
En el área de microscopía, a cargo de Burgos, se observan, caracterizan, fotografían, cuantifican distintos grupos de microfósiles: silicofitolitos, calcifitolitos, diatomeas, granos de almidón, granos de polen, microcarbón, anillo de celulosa, esporas de hongos, esporas de helechos, crisofíceas y espículas de espongiarios.
El laboratorio cuenta con campana de extracción de gases, centrífugas, muflas, agitador magnético, destilador y ionizador, lupa, microscopios biológicos y petrográficos con cámaras digitales incorporadas. Además del resguardo de fitotecas de diferentes áreas geográficas.

 

 

 

 

 

 

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